En muchos idiomas los verbos “ser” y “estar” son definidos por una palabra que significa ambos, en cambio para los que hablamos español sí los tenemos claramente diferenciados y es que nosotros no entendemos ni los vemos de la misma forma. No obstante estas dos palabras deberían significar lo mismo para los líderes, un líder no solo es o solo está, un líder tiene ambos en la misma proporción

Para todos aquellos que son jefes, líderes, directivos, etc. de una empresa debemos saber cómo “somos” y “estamos”, como uno no trata de opacar al otro. Sabemos que es necesario que todas las personas de una organización (nuestro equipo)  estén alineadas con la misión, visión y valores de la misma, para así poder conseguir esa pertenencia y compromiso para querer dar de todo en sus respectivos trabajos. Pero, ¿qué es lo que sucede con la cabeza de un equipo?

Es allí dónde debemos reconocernos como líderes. Un líder no solo dice qué trabajo tiene que hacer su equipo, un líder está y es cuando el equipo lo necesita, es el primero en responder al llamado de sus miembros y sabe como conectar con ellos a tal forma que todos se mueven de la misma forma.

Ser líder. Somos líderes no solo cuando tenemos el título o cuando hay un papel que lo diga, somos líderes cuando trabajamos y conectamos con nuestro equipo y fomentando espacios de compartimiento, un líder no espera nada a cambio, expresa sus opiniones y respeta la de los demás aunque sean contrarios a la suya. Somos líderes al ver que ser reconocido por tu equipo ya es suficiente recompensa y de la mano con ver a tu equipo crecer por su propia cuenta

Estar como líder. Estamos como líderes cuando respondemos a nuestro equipo cuando lo necesitan, cuando somos los primeros en los que confían nuestros miembros al tener un problema, estamos como líderes cuando nuestro equipo es nuestro soporte y nosotros el de ellos, cuando sabemos cómo ayudar a quién no puede sin burlarnos o soltar algún comentario negativo.

Y entonces… ¿Cómo “soy y estoy” si no sé qué tengo que hacer? Es normal tener miedo de no saber si estás logrando algo, el no ver resultados o sentir que estás fallando a todas las personas que dependen de ti y es que nadie nació sabiendo cómo liderar un equipo. Todo es parte de etapas de las cuales poco a poco se aprende; porque al igual que tú sientes miedo, tu equipo también lo siente y hasta posiblemente más que tú. Empecemos a confiar en nosotros mismos, en nuestras capacidades y habilidades, además del puesto que tenemos porque a nadie tampoco le regalan el puesto de líder, así poco a poco iremos creciendo y desarrollándote mientras que al mismo tiempo que encontramos nuestro estilo de liderazgo. En resumen , la solución es solo subirse a esa montaña rusa de liderazgo y poner en práctica lo aprendido…

Al final solo debemos confiar en el proceso.


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