“La calidad de vida que tenemos es directamente proporcional a la cantidad de preguntas que nos hacemos”, con esta frase inicié mi presentación en Leader Lab, y es una idea que genuinamente me acompaña en mi desarrollo personal y profesional.

Las preguntas y cuestionamientos que nos hacemos respecto a cómo estamos llevando nuestro aprendizaje y nuestra vida son un paso esencial para comenzar a ser mejores líderes y, sobre todo, mejores personas. Estas dudas nos invitan a cuestionar si estamos haciendo todo lo posible para ser la persona que queremos ser; y poder cumplir el sueño del niño de 8 años que una vez fuimos. Quien tenía muchísimas ideas, inspiradas por sueños y anhelos cuando le preguntaban “¿qué quería ser de grande?”

Es normal no saber, que “hacer” a los 20’s, e incluso tampoco hallar la respuesta hasta después de los 30’s. No es tarea fácil hallar las respuestas a esta edad, sin embargo, es en ese vaivén de emociones e ideas extravagantes donde comienza a nacer la curiosidad intelectual, y te encuentras en la edad perfecta para probar, experimentar, crear, conocer, innovar, emprender, aprender, desaprender, y crecer. Y poco a poco, vas descubriendo el camino donde más valor agregado puedes darle al mundo. Esta aventura de encontrarse a sí mismo, y aprender a hallar el liderazgo que llevas dentro, no es algo fácil, pero sin duda, llegará el momento donde ves atrás y te das cuenta que eres el adulto que tu niño de ocho años admiraría al ver pasar por la calle.

En algunas ocasiones las oportunidades llegan a ti, pero en otras ocasiones tú tocas la puerta y averiguas si se puede pasar, eso fue justamente lo que sucedió con Leaders Lab. Nunca había dado una ponencia presencial, no sabía si me encontraba preparada para ello y me sentía más como participante que como ponente. No obstante, me hice una pregunta clave: ¿qué me impide escribirles y ofrecer mi ayuda cómo ponente? Y así fui invitada a participar en Leaders Lab. Teniendo la oportunidad de compartir espacio con gente que yo admiro y respeto por la larga trayectoria que tenían en su carrera. Entre dudas, nervios, curiosidad y mucho valor, di mi primera charla presencial.

Hace ya 4 años, recuerdo haber visto una charla TED de una psicóloga reconocida, y descubrí en ese momento que yo quería estar en algún momento en ese lugar y poder impactar de forma positiva a las personas con mis ideas y mi voz, usando como herramienta la psicología; y aunque en ese entonces veía ese momento cómo algo lejano, hoy en día, con tal solo 21 años, puedo decir que cumplí mi sueño de ser speaker y poder impactar a jóvenes cómo yo desde la psicología educativa.

Tengo como regla personal siempre ponerme en situaciones que me hagan salir de mi zona de confort, al menos cada tres meses, y sin duda ese día mi visión y mis sueños se ampliaron inmensamente. Pasé de ser una chica que solo graba videos para redes sociales a ser conferencista educativa.

Esperando mi momento antes de salir a escena, recordé una frase que dijo Steve Jobs “los puntos solo se unen mirando hacia atrás”, y me di cuenta en ese momento que solo había pasado un tan soloaño desde que había decidido crear un negocio alrededor de mi marca personal, o del curso de oratoria que me metió mi madre cuando era pequeña, nunca imaginaría que me serviría luego de muchos años; no te das cuenta de ello, hasta que ves atrás y entiendes que los puntos solo se unen en el momento adecuado.

Esta aventura de ser mi mejor versión vino acompañada de muchos sueños, anhelos, miedos, fracasos, aprendizajes, premios, dudas, desveladas y mucha valentía. Sin embargo todo ello me llevo a ser la persona quien ahora y tener la oportunidad de ganar becas académicas, trabajar con marcas reconocidas, crear un negocio digital, ser invitada a un podcast, co-crear cursos educativos y formar una comunidad de más de 65 mil personas en redes sociales. Y este año, comenzar mi aventura de ser speaker e impactar la vida de más jóvenes como yo. Fue AIESEC la organización que me brindó las herramientas y el espacio para seguir desarrollando mi liderazgo, para atreverme para seguir soñando alto, y, sobre todo, para creer un poco más en mí misma.

Aquí termina mi experiencia como ponente con AIESEC, e inicia una nueva una historia que nació desde la curiosidad, el miedo, la valentía, y, sobre todo, el deseo de cumplir el sueño de la niña de 8 años que una vez fui, a quién le brillaba los ojos de emoción cada vez que le preguntaban “qué quería ser de grande”.

En esta vida solo hay dos personas a quienes no podemos decepcionar, a nuestro niño de 8 años que alguna vez fuimos y a nuestro yo de 80 años ¿Qué historia quieres contar, una historia donde te atreviste a ir por tus sueños o una donde solo se quedaron en sueños?

Por Nayeli Azabache.

Conviertete en un líder y sé parte de Leaders Lab

Categorías: Jóvenes

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