La empleabilidad es la capacidad que tiene una persona de acceder a un puesto de trabajo y de mantenerse en él, o de reorientarse a otro. Para ser empleable tienes que poseer los conocimientos y las competencias demandados por los empleadores para cubrir un determinado perfil. Para ello te damos 3 puntos claves que debes tener en cuenta.

Autoliderazgo

El autoliderazgo es la capacidad de poder liderarse a uno mismo. Asumir la responsabilidad de nuestra vida, de la dirección que tomamos y de los resultados que obtenemos. A continuación, algunas claves que nos permitirán orientarnos hacia el logro, cogiendo las riendas de nuestra vida.

Autoconocimiento: 

Saber en qué podemos aportar mejorará nuestra automotivación y orientación a la consecución de nuestros objetivos.  Conocernos bien nos ayudará a preparar nuestro discurso en entrevistas de trabajo o de evaluación de nuestro desempeño. Permite conocer, reforzar y poner al servicio de otros nuestras fortalezas personales, desplegar nuestros talentos y combinarlos con las necesidades tanto del equipo al que pertenecemos, como de la empresa.

Autoeficacia: 

Nos empodera y facilita que obtengamos éxito en nuestras interacciones con otras personas al proporcionarnos seguridad en nosotros mismos. Nos ayuda a tener una visión constructiva de nuestros errores y fracasos.

Objetivos Realistas:

Podemos conseguir los objetivos que nos marcamos, porque cuando marcamos la meta, podemos marcar el rumbo. Nos enfocamos en lo que queremos conseguir. Nos ayuda a concretar planes de acción, a analizar los resultados que vamos obteniendo, a evaluar nuestro desarrollo. Potencia nuestra productividad, porque nos concentramos en aquello que tenemos que hacer (estar activos no siempre implica ser proactivos y productivos, pues a veces nos pasamos la vida haciendo cosas que no nos llevan a nada, cayendo en una hiperactividad

Comunicación

El líder debe de ser capaz de transmitir la estrategia y la visión de la empresa, así como también los objetivos específicos de su organización. Una comunicación efectiva entre el líder y los miembros del equipo, permite que todo fluya de una manera natural. Algunas claves para tener una comunicación efectiva:

Nivel alto de escucha: 

Crea un clima positivo que favorece la comunicación. Facilita las relaciones de confianza con otros, algo clave en una entrevista de trabajo, o en una dinámica de grupo con otros candidatos. Ayuda a entender profundamente a los que nos rodean y adaptarnos a sus necesidades. Ayuda a captar el sentido exacto de los mensajes de otras personas y a que los demás se sientan cómodos con nosotros.

Empatía

Te acerca a los demás de forma profunda, permitiendo adaptar tu comunicación a lo que necesitan o a lo que les motiva. Ayuda a ser mejores trabajando en equipo, pues ser empáticos facilita la comprensión y la cooperación. Promueve el respeto, la tolerancia y la solidaridad, algo clave cuando trabajamos con otros, bien dentro de un mismo equipo u organización, bien con otros posibles interlocutores en nuestro día a día en el trabajo.

Asertividad 

Ayuda a desarrollar nuestra autoestima, a exigir nuestros derechos cuando sea oportuno. Ayuda a que los demás no se aprovechen de nosotros o nos traten mal de manera injusta. Es imprescindible para ser más justos con nosotros mismos y con los demás, asumiendo como legítimos los derechos tanto propios, como ajenos. Mejora nuestra comunicación y la hace más eficaz, porque generamos respeto de los demás, quienes se predispondrán a escucharnos activamente. Al conseguir una comunicación más eficaz, también lo será la consecución de nuestros objetivos, tanto individuales, como de equipo.

Productividad

Sea cual sea el sector en el que trabajes, la mejora de la productividad es un tema recurrente. Las empresas se empeñan en aplicar procesos para conseguirlo pero, de poco sirve, si a nivel personal no queda claro cómo optimizar el rendimiento.

Planificar y Organizar: 

Cuanto mejor te organices, más productivo serás. Además, la planificación será clave cuando te coordines con otros, cuando trabajes en equipo, porque muchas decisiones y acciones serán interdependientes. Reducen el nivel de estrés, nos permite generar un buen ambiente y una buena imagen, y las posibilidades de conciliar nuestra vida profesional y personal aumentan.

Reducir la procrastinación

Nos evita situaciones de estrés, desgaste emocional, y la insatisfacción de una constante lista de temas pendientes. Genera desmotivación propia y del resto de personas con las que trabajamos. En el trabajo en equipo, el procrastinador suele pagar con una mala imagen y reputación (en ocasiones otros asumen sus tareas por el riesgo de no llegar a tiempo). Fuente de muchos errores en los proyectos, pues en ocasiones no hay tiempo ni forma de salvar determinadas situaciones, porque no hay margen de maniobra real.

Prioridades 

Ayuda a concentrar el tiempo y la energía en los temas realmente esenciales para nosotros y para el negocio. Favorece la consecución de resultados, propios y empresariales. Aumenta nuestra satisfacción, lo que favorece nuestra motivación y hace que nuestra orientación al logro también aumente. Nos convierte en personas más consecuentes y equilibradas.

Categorías: Jóvenes

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